Una guía náutica que, al contrario de lo usual, se dedica a trazar derrotas que no deben realizarse, salvo que uno sea amante de las actividades extremas.
El vasto estuario rioplatense tiene un fondo donde predomina el barro y la arena, pero en sectores pequeños de la costa argentina y en mayor cantidad en la oriental, hay formaciones rocosas que son muy riesgosas para la navegación. En muchos lugares del mundo hay escollos y restingas pero, en general, la claridad de las aguas permite verlos con suficiente anticipación como para maniobrar para darles respeto. El “color de león” es el culpable de que los bajofondos del Río de la Plata permanezcan siempre arteramente escondidos, listos para darnos un disgusto que la ecosonda es incapaz de anticipar, porque solamente alerta acerca de lo que está por debajo del barco, y no por delante de él.