Para Entendernos Mejor con Nuestro GPS

Curso de Vela

La irrupción de los receptores sistema GPS a bordo ha sido un golpe de gracia demoledor a la leyenda, forjada durante siglos, de que el único personaje importante a bordo era el que actuaba como navegador. El capitán en todo caso, firmaba los papeles, se hacía responsable del barco y su derrota y, si cabía, administraba los casamientos y los funerales. El navegador, en cambio, era un matemático (o simulaba serlo) consumado y gozaba de todo tipo de privilegios, guardando celosamente su cronómetro, su sextante y oscuras tablas cuya interpretación sólo era posible, como solían decir, para los iniciados o los elegidos.

El GPS barrió con todo, pero con un costo: el equipo habla, se comunica o recibe órdenes en un lenguaje nuevo. Es como una jerga satelital. Esta publicación es un diccionario de la misma, ayudando a cualquier mortal que sepa leer y escribir a que, en todo momento, pueda posicionar a su barco dentro de un círculo de "error" (de alguna manera hay que llamarlo), de apenas tres metros de radio. A causa del GPS el navegador, como oficio en sí, ha pasado a la historia, igual que el fogonero de las locomotoras de vapor. Sic transit gloria mundi.....

 

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